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Los cambios introducidos por la "constitución" del Ecuador a partir de 1998 han convertido al país en una referencia jurídica y legal a nivel mundial. Considerada como una de las más progresistas del continente americano, al introducir el concepto de Sumak-Kawsay esta constitución ha generado debates a nivel nacional e internacional.
La Constitución del 2008, en el Art. 1, declaró que: “El Ecuador es un Estado (...), independiente, unitario, intercultural, plurinacional y laico”. Por tanto, las Constituciones de 1998, y luego la del 2008, al reconocer los derechos colectivos de los pueblos y naciones indígenas, fijan un objetivo de desarrollo de las comunidades sobre la base de los saberes ancestrales y el derecho consuetudinario, buscando revitalizar la identidad cultural y la cosmovisión andina.
Sin embargo surgen varios cuestionamientos: ¿Cuáles son esos saberes y derechos que han sido reivindicados políticamente? ¿Corresponden a las realidades de las comunidades indígenas? ¿Permiten un desarrollo concreto de estas comunidades? ¿Se sienten implicados los pueblos indígenas en este proceso político y cultural?
La Constitución de 2008 articuló la noción de Sumak-Kawsay o el Buen Vivir como principio de un nuevo régimen de desarrollo (artículo 275) a otros puntos esenciales como el derecho a la alimentación como un derecho humano (artículo 13) y la soberanía alimentaria (artículo 281). A pesar de estos avances constitucionales, los discursos sobre el combate a la pobreza en el campo no hacen referencia a la eliminación de los problemas estructurales.
El caso de los kayambi es un ejemplo de cómo la organización comunitaria reflexiona y ejecuta acciones a nivel local para dar respuesta a problemas que dificultan el desarrollo efectivo de esta población. A partir del material etnográfico recogido en estas comunidades, analizaremos cómo las acciones comunitarias se relacionan con categorías tales como el Sumak-Kawsay y su incidencia en los procesos de desarrollo.
En el contexto actual, marcado por la pandemia mundial, los ejemplos de acciones emprendidas por las comunidades son múltiples e interesantes. Así mismo, se constata un cambio en las categorías de reflexión sobre los procesos de desarrollo, que vienen impulsados sobre todo por las nuevas generaciones de líderes indígenas. En este sentido el "desarrollo" y la "tradición" ya no se excluyen mutuamente. Los pueblos indígenas exigen ahora procesos de desarrollo que fortalezcan su capacidad de acción y generen proyectos basados en una visión integral que incluya a la vez las limitaciones sanitarias, económicas y educativas; así como, el respeto a su espiritualidad y saberes ancestrales.
